miércoles, 18 de agosto de 2010

Hadas y tradición popular.


Tradicionalmente, los cuentos populares sobre las hadas proceden de personas que vivían cerca de la tierra, interactuando con ellas. En contra de lo predecible, los poderes psíquicos no se circunscriben únicamente a habitaciones oscuras. De hecho, la mejor forma de fomentar la intuición y de obtener "la visión" es pasando tiempo en la naturaleza, donde el Otro Mundo está cerca. El poeta irlandés W.B. Yeats fue muy claro en este aspecto: las hadas aparecen ante granjeros y leñadores, y no ante poetas y artistas.

Muchas hadas son el propio aliento de la Tierra y están asociadas a la esencia del lugar. La noción de hada pertenece a las percepciones occidentales, y aunque todas las culturas tienes sus tradiciones al respecto, se suelen combinar y fundir con nociones de dioses y de antepasados. Aunque hasta cierto punto esto es lo que ha sucedido en Occidente, nuestro concepto de hada se acerca más a un "espíritu de la naturaleza", y por eso existen diversos conjuntos de tradiciones populares, que procedemos a investigar.

Tomás el Honesto:
El encuentro entre Tomás el Rimador y las hadas es un clásico de los cuentos de hadas. Su nombre verdadero era Thomas Rymour de Erceldoune y también era conoció como Tomás el Honesto. Vivió en la Escocia del SXIII, y aunque su historia sea real, ha sido embellecida. Nos ha llegado en dos poemas: en primer lugar, el "Romance", que fue escrito en el siglo de su muerte, tal vez por él (en parte); en segundo lugar, la "Balada", que fue escrita en el siglo XIX e incorpora más ficción. Esta ultima cuenta que Sir Thomas se enamoró de la reina de Inglaterra y experimentó su parte oscura y terrible, así como su ser sensual y mágico. La reina se llevó a Tomás a la tierra de las hadas y no le liberó hasta llegado el momento de ofrecer al demonio el tributo que se le hacia cada siete años; entonces temió que Tomás fuese el elegido.

Tomás fue reincorporado al mundo de los hombres con el don de la "visión" y una lengua incapaz de mentir. Se hizo famoso por toda Escocia, pero su corazón permaneció en el reino de las hadas. 

Un día en que estaba de fiesta con sus amigos, corrió la voz de que una pareja de ciervos iba por la calle. Tomás se levantó, siguió a los animales hasta el bosque y nadie volvió a verle jamás. Sin embargo, aquellos que viajen al Reino de las Hadas en estados meditativos tal vez se encuentren con Tomás actuando como mentor en los planos sutiles.

Otros escritos influyentes.
Robert Kirk, ministro escocés que vivió entre 1644by 1692, escribió una guía sobre las creencias de los habitantes de las Highlands, titulada "La mancomunidad secreta". Describe a  los amantes de las hadas, a sus compañeros de camino y secretos de las hadas. Cuando le encontraron muerto junto al hada Knowe, en Aberfoyle, los vecinos dijeron que su cuerpo no era real (sino un delicado sustituto o "alhelí") y que las hadas le habían inducido.

Más tarde, Kirk apareció ante su primo, le dijo que estaba prisionero en el Reino de las Hadas y le pidió que le lanzara su espada sobre su forma fantasmal para liberarle en el día del bautizo de su hijo póstumo. Kirk se materializo puntualmente e dicho bautizo, pero el primo perdió su oportunidad y el ministro continuó prisionero. La esperanza de la liberación de Kirk perduró hasta el SXX, y su silla aun existe en la casa del pastor de Aberfoyle.

George William Russell, el vidente conocido como "A.E", fue un irlandés del S XIX que, a pesar de ser poeta y psíquico, también fue economista y experto en agricultura. En sus relatos describe a las hadas como seres brillantes que extraen energía de la Tierra. Estos seres son iguales que el pueblo precelta del Sidhe (pronunciado "Shee") que paso a otra dimensión cuando los hombres se apoderaron de sus tierras. La obra de A.E. es importante en la tradición popular de las hadas, pues las presento a sus contemporáneos y a la posteridad de una forma aceptable e inspiradora.

W.Y. Evans Wentz recopilo un cuerpo definitivo de evidencia a comienzos del S XX, titulado "La creencia de las hadas en los países celtas." En esta época la existencia de las hadas era muy aceptada, sobreviviendo a lo que había sido una creencia universal. Esta obra incluye muchas anécdotas de Escocia, Irlanda, Gales, Cornualles, Bretaña y la isla de Man, y muchas de las cosas que "sabemos" de las hadas aparecen detalladas en este libro.

Las hadas se pueden ofender si son objeto de intromisiones irrespetuosas, y las suposiciones erróneas pueden provocar su desdén. Para conocer a las hadas, hay que tener el corazón abierto.

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