lunes, 16 de agosto de 2010

Cómo consagrar y Cargar la Bola de Cristal


Preparación de la bola:

Para la preparación e la bola de cristal, se precisa respetar cuatro ciclos naturales de siete días cada uno, es decir, una semana de duración. Cuatro ciclos que están armonizados cada uno con los cuatro elementos, en el siguiente orden: 

La primera semana de trabajo, la que se relaciona con la preparación del lugar en el que se realizaran las practicas con la bola., se trabaja bajo el amparo y la protección de Aire, que renueva con su fuerza la estancia y la limpia dejandola adecuada para su nueva utilización.

La segunda semana, cuando la bola está siendo tratada para su purificación, se esta realizando una operación en armonía con el elemento fuego, que simbólicamente quema las impurezas que no ha limpiado el aire, logrando con esa falsa combustión crear un nuevo ambiente.

El tercer paso, el que se realizará por espacio de siete días, en la tercera semana, será el de consagración, es decir, asentar en la tierra (elemento que protege este ciclo) un nuevo “ser”, en este caso una bola con su lamen y peana.

Finalmente el cuarto proceso, la magnetización, será la adopción de la bola por parte del consultante, quien como en un riego con agua (elemento protector de este ciclo) dotará a su nuevo elemento mágico de sus efluvios magnéticos y energéticos, dejando la bola lista para poder trabajar con ella.

Así vemos que se precisan de cuatro semanas o ciclos para preparar y adecuar la bola antes de sus uso, cuatro ciclos d siete días sagrados, que en total suman 28, es decir, un ciclo lunar. 

Semana del Aire: Preparación

La practica respetuosa con las bolas de cristal, requiere de un lugar especial donde concentraremos nuestras energías, expandiremos nuestros deseos y trabajaremos con nuestras vibraciones mentales. Bastará cualquier habitación de la casa lo suficientemente tranquila.

La operación de limpieza o en este caso de preparación, tiene dos vertientes, una mental y otra física.

Este proceso, como los todos los otros, deberá comenzar en domingo por la noche. Consistirá en depositar todo el conjunto practico, es decir, peana, lamen y bola, que deberán estar cubiertos por el paño, sobre una mesa, pero dicha colocación no deberá improvisarse, ya que siempre es conveniente que hay una armonía entre la ubicación de la bola y el operador, con los cuatro puntos cardinales. Así cuando nos sentemos frente a la bola, estaremos mirando cara al Norte.

La preparación física, basada en el elemento aire, en este caso el olor, consistirá en colocar la bola junto a ella en las posiciones norte y sur dos varillas, conos o cuencos con incienso, o esencia de perfume, en quemador, pudiendo escoger entre los siguientes aromas: almizcle, clavel, helecho, aroma de incienso, o jaipur. Esta combustión provocará el comienzo de un aclimatamiento de los nuevos elementos mágicos con el entorno, otorgando al mismo la esencia necesaria para acoger en le futuro nuevas energías. 
Paralelamente a la acción mágica del perfume o incienso, deberemos emitir, durante los cinco minutos diarios de preparación, unas frecuencias mentales acordes con la situación, ello se logrará simplemente, pensando en los diferentes trabajos que realizará con la bola.

Pasados los cinco minutos se concluirá la combustión del aroma, dejando sobre la mesa la bola y su conjunto, que deberán ser guardados en un sitio seguro hasta la mañana siguiente.

Semana del Fuego: Purificación

Este proceso, como el anterior y los siguientes, deberá comenzarse en domingo por la noche y durar una semana.

Sacaremos la bola de su lugar seguro y procederemos a purificarla con el fuego, para ello, una vez que hayamos colocado la bola sobre la mesa, situaremos en las posiciones Norte y Sur, dos velas de color blanco, así como dos negras en las posiciones Este y Oeste. Esta duplicidad de color blanco y negro, será un equivalente al dual Ying-Yang, positivo y negativo (no estoy de acuerdo con esta apreciación); con la combustión de las velas, que deberán arde por espacio de 10 minutos, se equilibrarán las fuerzas negativas y positivas de la bola de cristal y de la estancia en la que se desarrollaran las practicas.

El ejercicio de combustión deberá acompañarse de una actitud mental paralela que puede desarrollarse de dos maneras diferentes: a través del soporte físico de las velas o mediante la visualización mental.

Para el primer caso, las velas, deberemos imaginar que las velas blancas emiten positividad, para esto visualizará la salida de energía blanca y positiva que se expande por la habitación en la que se encuentra y que al mismo tiempo es recogida por las velas negras que reciben lo negativo y lo destruyen con su combustión.

Para el segundo caso, de visualización mental, igualmente con las velas encendidas, visualizaremos que nuestro cuerpo emite energía blanca, o positiva y que se expande por la habitación, que imaginará con tonos oscuros o negativos, que se diluirán, acabando por desaparecer con su emisión positiva.

Finalizada esta visualización, es conveniente emitir una orden mental que puede ser variada según nuestro deseo pero que debe contener instrucciones de positividad, como:
“Ahora pacifico este lugar con energía positiva, apartando la negativa de mi”.

Semana de la Tierra: Consagración

El proceso de consagración consiste en una sencilla práctica en la que intervienen los cuatro elementos. Este ritual solo deberá celebrarse el primer día del acto, aunque el resto de días deberán mantenerse los cuatro elementos, teniendo en cuenta que tanto el fuego como el incienso deberán estar en combustión, siendo el fuego el que marcara el final del ritual.

Depositaremos la bola sobre un lecho de tierra en la mesa, colocando en cada uno de los puntos cardinales, un pequeño recipiente que deberá estar rodeado por un circulo de tierra.

Al norte, el recipiente deberá tener alcohol de quemar, que en representación del fuego arderá durante el ritual, marcando su final cuando el fuego se extinga.

Al Sur, el recipiente contendrá agua. En el Este, se depositará tierra y finalmente al Oeste, el aire vendrá representado por el incienso. Una vez se disponga de todos los elementos, nos relajaremos y sentados frente a la bola, encenderemos el fuego y acto seguido repetiremos la orden:

“Consagro esta bola bajo la protección del elemento fuego, que la energetizará dándole fuerza.”

Seguidamente mojaremos los dedos indice y corazón de la mano izquierda o derecha en el recipiente del agua, y realizando una suave sacudidas salpicará la bola con unas gotas repitiendo la orden:

“Doy agua a lo que nació del agua, y consagro bajo éste elemento esta bola de cristal.”

A continuación se tomara el recipiente que contiene tierra y cogiendo un puñado de esta, la derramaremos sobre la bola diciendo lo siguiente:

“Derramo esta tierra en representación del elemento regente de este ritual, para que acoja en su seno esta bola, dándole fuerza y consistencia.”

Finalmente se tomará el recipiente que contiene incienso y realizando círculos sobre la bola, de manera que el humo se deposite en ella y la rodee, se pronunciará en voz alta:

“Por el poder del aire perfumo esta bola y la protejo con este elemento.”

Con ello el ritual de consagración habrá finalizado, aunque durante los 6 días restantes deberan colocarse junto a la bola todos los recipientes protegidos con un circulo de tierra, realizando las correspondientes combustiones del fuego y el incienso.

Semana del Agua: Magnetización

La bola esta casi a punto para ser usada. Después de tres semanas de ejercicios mágicos con ella, no solo habremos ejercitado nuestro poder mental, sino que habrá potenciado su magnetismo, gracias a la interacción realizada con la bola. 

Sin embargo es preciso dar “el soplo” definitivo para que la bola tenga el magnetismo básico necesario para poder trabajar correctamente.

El hecho de realizar la magnetización bajo los auspicios y protección del elemento agua, no quiere decir que la bola se descargue energética y magnéticamente cuando no se celebre este ritual. Evidentemente, cada vez que formulemos una pregunta de videncia a la bola, o practiquemos con ella una sesión mágica, dicho magnetismo ira en aumento, sin embargo, antes de que la practica sea algo corriente, es preciso consumar la interacción entre nosotros y la bola, que en un futuro facilitará el intercambio de corrientes energéticas.

La magnetización se realizara en dos fases: La primera a través del humedecimiento de la bola con agua magnética y la segunda mediante la impregnación energética.

El ritual, como los anteriores, deberá empezar un domingo, con la noche y celebrarse por espacio de 7 días, iniciándose por la contemplación por nuestra parte de la bola de cristal. Para ello nos sentaremos cómodamente y sostendremos entre nuestras manos por espacio de entre unos 5 o 10 minutos, la bola de cristal. Jugaremos con ella acariciándola, mirándola, observando su forma, volumen, tonalidad, pero sin intentar ver cosa alguna en su interior, simplemente tomando ese contacto que va impregnando la bola con nuestro magnetismo.

Tras la primera toma de contacto, se procederá a magnetizar un vaso lleno de agua en sus tres cuartas partes. Para la magnetización, nos sentaremos cómodamente y mientras respiramos tranquila y pausadamente, colocaremos nuestras manos a una distancia de unos 2 o 3 cm del vaso, una a cada lado del mismo, imaginando o visualizando la salida de nuestra energía hacia el agua. Este ejercicio se desarrollará por espacio de 5 minutos, acompañando la actitud manual con ordenes como:

“La energía que fluye a través de mis manos magnetiza esta agua, recargando este sagrado elemento de nueva fuerza adicional.”

Finalizada la magnetización del agua, realizaremos el mismo proceso con la bola, es decir, visualizaremos una salida energética positiva de nuestras manos que irá dirigida a la bola, para ello, tomaremos la bola como si de un vaso se tratase, y situando nuestras manos a ambos lados y manteniéndolas separadas a unos 2 o 3 cm del cristal, realizaremos las emisiones correspondientes, esta acción se acompañará de la orden mental:

“Con esta acción impregno de mi energía personal esta bola de cristal.”

Pero la acción magnética no termina aquí, ya que para producirse la completa interacción, es preciso que estemos dispuestos también a recibir parte de la energía y esencia que ha ido adquiriendo la bola gracias a los diferentes rituales y practicas preparatorias, para ello, tras la acción de emisión, vendrá la de recepción. El proceso será igual que la anterior, es decir, depositando las manos a una distancia de la bola, pero sintiendo en este caso, la energía que nos llega desde dicho objeto. La acción puede acompañarse de una orden mental como:

“Ahora recibo la energía de la bola en mi organismo”

El ejercicio de interacción magnética sencillo a todas luces se complementará con la consagración de la acción final de esta practica, tomando unas gotas de agua con la mano y derramándolas sobre la bola con la siguiente invocación:

“Que el sagrado poder del elemento agua recaiga sobre esta bola que ha recibido mi energía, aceptando otorgarme parte de la suya”

1 comentario:

Unknown dijo...

Para la magnetización con el agua , puedo usar Agua del día de san juan ? (Es agua de mar recogida la noche de san Juan )